lunes, 21 de agosto de 2017

LOS MISTERIOS DE MITRA. SÍMBOLOS Y RITOS DE SU COSMOGONÍA

Orígenes y Simbolismo de Mitra. Sol Invicto 

Texto adaptado de la conversación mantenida por Francisco Ariza y Mª Ángeles Díaz sobre el simbolismo de Mitra. Si la anterior entrada versaba sobre el Mitra Tauróctono, esta trata de la íntima relación del dios con la luz del Sol espiritual y metafísico. Mitra como deidad cosmogónica, y al mismo tiempo un Dios Invicto, vencedor de las tinieblas y el caos de la ignorancia. Mitra como un paradigma de la iniciación a lo sagrado


Joya con la imagen de Mitra

-Entre las deidades venidas de Oriente que Roma, como unidad cultural, acoge en su panteón, Mitra ocupa un lugar relevante.-En efecto, Mitra penetra definitivamente en Roma en el siglo I d.C. al tomar ésta contacto con aquellas culturas, que como la de los partos, eran descendientes de los persas Aqueménidas, contemporáneos de la Grecia clásica, de Roma y de la cultura helenística inaugurada por Alejandro Magno, donde brilló la dinastía de los Ptolomeos y los Seleúcidas. Los Aqueménidas tuvieron monarcas tan destacados como Darío I o Ciro el Grande, fundador de esta dinastía persa.

-El Imperio Parto ocupaba Persia, Mesopotamia y la práctica totalidad del Oriente Próximo. También ciertas regiones del Asia Menor, como Cilicia o Frigia.-Es justamente en estas dos regiones donde más se celebraban los ritos en honor de Mitra. Plutarco, en sus Vidas Paralelas ya nos habla de que en Frigia y Cilicia se celebraban en secreto los misterios de Mitra. También Lactancio Plácido menciona que el culto a este dios pasó de los persas a los frigios y de estos a los romanos.El imperio Parto era fronterizo con el Romano, y esto propiciaría, más allá de sus enfrentamientos y guerras, intercambios culturales muy intensos, que Roma continuaría a su vez con los herederos de los partos, los sasánidas, la última gran manifestación del genio persa antes de la llegada del Islam. Una dinastía de soberanos partos, los Mitrídates, derivaba su nombre precisamente de Mitra. Mitra llegó a ser el dios protector de los reyes partos, revelando así la voluntad de esos monarcas en identificarse con la propia energía civilizadora del dios.

-Los partos continuaban conservando la antigua tradición persa, que incluía la ciencia astral de los sabios caldeos y la magia teúrgica practicada por los magos, palabra que es de origen persa. Los magos eran los encargados de encender el fuego sagrado, imagen radiante de la Divinidad. Zoroastro fue el mítico fundador del mazdeísmo, pero en él debemos ver ante todo una entidad intelectual, como lo fue Thot para los egipcios, o Hermes Trismegisto para el Hermetismo alejandrino.-El mazdeísmo se considera una adaptación de tradiciones aún más antiguas, cuya sabiduría fue recogida por Zoroastro en el Avesta, conjunto de textos sagrados análogo a los Vedas hindúes. En éstos Mitra aparece como un hijo del Sol arquetípico, y compañero de Varuna (el Cielo) en el mantenimiento del orden cósmico. Como su nombre indica el mazdeísmo deriva de Ahura-Mazda, u Ormazd, que significa “el Señor Sabiduría”. Es el equivalente del Zeus griego y del Júpiter romano. Para la cosmogonía mazdea Ormazd es el principio creador del mundo, al que se opone constantemente Ahriman, dios tenebroso, representación de la oscuridad y del caos. En la concepción irania de esos dioses, Ormazd, el principio creador, es considerado superior a Ahriman, el dios destructor, como la luz es superior a las tinieblas y la oscuridad, a las que siempre acaba venciendo.-Vinculada con Ahura-Mazda había otra deidad llamada, el “Buen Pensamiento”, Vohu-Manah, o sea el arquetipo de la Inteligencia cósmica. Vohu-Manah recuerda también al Adi-Manu hindú. Vohu-Manah encarna el Bien en tanto que sinónimo de Perfección, y no puesto en correlación con el mal, simbolizado por Ahriman. En relación a esto que decimos, en un ritual mazdeo el neófito se pregunta si él pertenece a Ormazd o a Arihman, si ha nacido del cielo o de la tierra; y la respuesta es la siguiente:

He venido del mundo celeste, no es en el mundo terrenal donde he comenzado a ser. He sido originalmente manifestado en el estado espiritual, mi estado original no es el estado terrenal. Pertenezco a Ormazd, no a Ahriman”.

-Son precisamente la luz y el fuego los atributos con los que se identificó la civilización romana desde sus orígenes. El altar con el fuego sagrado permanentemente encendido en el centro del hogar romano simbolizaba la energía espiritual del antepasado fundador del linaje familiar. Esta es la razón de que Mitra fuese un dios tan popular entre los romanos, y especialmente entre las legiones, donde se encontraba el mayor número de adeptos a sus misterios.

-Las virtudes del “dios puro de la luz” eran las de la propia Roma: el valor, la solidaridad, la fuerza interior, la lealtad, la fidelidad, la concordia… Por eso mismo, cuando esas virtudes comienzan a palidecer aparece Mitra con la aureola de un dios “salvador”, o “restaurador”, de la esencia de Roma, de tal manera que llegó a ser denominado el “protector y sostén del Imperio”, como antes fue protector de los soberanos partos. A través de Mitra Roma introduce aquellos valores e ideas que se complementaban perfectamente con su visión del mundo. Si se elige a Mitra como protector del imperio es porque esta deidad ya forma parte de la esencia de Roma. No olvidemos que la civilización romana y la persa eran de origen indoeuropeo, y por tanto existía entre ambas una constelación de símbolos, mitos y ritos que eran similares, cuando no idénticos entre sí.

-Y esto debe leerse también recíprocamente, o sea que debido a esa afinidad cultural y espiritual, el culto de Mitra, tal cual era practicado por los persas, asimila a su vez las corrientes filosóficas y mistéricas del mundo grecorromano, especialmente la Cosmogonía hermética y el neoplatonismo, que incluye el pitagorismo, heredero también de los misterios órficos.

-Podríamos ver a los misterios de Mitra como el logro consciente de una síntesis llevada a cabo por los sabios persas, griegos y romanos. Una síntesis que era propia del “espíritu de la época”, y que también respondía a razones de tipo cíclico. La Tradición Hermética, nacida en Alejandría a comienzos de nuestra era, es fruto de una de esas síntesis: la egipcia y la griega, presente en los misterios mitraicos. Ellos fueron el resultado de un verdadero entendimiento entre Oriente y Occidente.

-Así es, en efecto. Quisiéramos acabar con estas palabras sobre Mitra que aparecen en Introducción a la Ciencia Sagrada. Programa Agartha, de Federico González y colaboradores. Nos parece que resumen lo que hemos dicho sobre la naturaleza de este dios luminoso. Dice así:

En un antiguo himno iranio se dice que Mitra está siempre despierto y vigilante, observando cuidadosamente todas las cosas. Acude a la llamada de los débiles, y su poder es empleado siempre a favor del género humano. Mitra es, en efecto, el amigo y protector de los hombres, el que les infunde las virtudes heroicas: el valor, la fuerza interior, la lealtad, la fraternidad, y como deidad intermediaria entre el mundo superior y el inferior, es también (al igual que Hermes) el guía que los conduce en su ascenso hacia el origen a través de las esferas planetarias”.

-Ormazd y Ahriman emanan en realidad de Zervane Akerene, el “Tiempo sin Límite”, o el “Tiempo Eterno”, que está simbolizado por una entidad alada a lo largo de cuyo cuerpo se enrosca la serpiente cósmica. Las espirales serpentinas indican los ciclos del tiempo, nacidos y absorbidos perennemente en el “cuerpo” de Zervane Akerene. 

-Lo que distingue a Ormazd de Ahriman es precisamente esto: que mientras que el primero es el principio que nos otorga la posibilidad de liberarnos de esos ciclos y de concebir el “tiempo como un retorno a nuestro origen eterno”, es decir al Principio Inmanifestado, el segundo, por el contrario, nos niega esa posibilidad al desconocer la naturaleza esencialmente liberadora del tiempo, cuando este se vive como una imagen móvil de la eternidad, en palabras de Platón. 

-Por consiguiente, es de Ormazd, el principio creador, de donde emanan Mitra y otras divinidades celestes y solares, portadores de la luz y del fuego purificador. Son ellas las que en realidad combaten contra las potencias que propagan el caos y la oscuridad en el mundo.

-Pero Mitra, por encima de esos aspectos guerreros, es señalado expresamente como el “genio puro de la luz”. Mitra encarna la pureza del espíritu luminoso, la luz contenida en la luz podría decirse, y esta será la característica que lo definirá por encima de cualquier otra.

-Mitra y el Sol son una sola entidad. Así aparece en su iconografía y en la propia raíz de su nombre, mir, que quiere decir “sol”. Mitra también significa “lluvia”, al igual que Metatron, el “ángel de la Faz”  de la Cábala, pero una lluvia que no es sino descenso vivificador de las influencias emanadas del Sol espiritual. Mitra es en sí mismo ese Sol manifestándose en el mundo del hombre, y es en este sentido que se le ha identificado también con Cristo y con Apolo. Ante su potencia luminosa nada puede Ahriman o cualquier otra entidad que pretenda oponerse al orden interno y sagrado del mundo.

-El emperador Juliano, iniciado en los misterios de Mitra por el filósofo Máximo de Éfeso, se dirige a Mitra en estos términos:

“Este Sol que el género humano contempla y honra desde toda la eternidad, y cuyo culto hace su felicidad, es la imagen viva, animada, razonable y bienhechora del Padre Inteligible”.

-Mitra es un dios invencible. No ha podido ser vencido, y en la encarnación de su energía, de sus ideas-fuerza, es que se hace posible la “salida” hacia los estados superiores y metafísicos. “Sol invicto” era llamado entre los romanos. Dies natalis Solis invicti Mitra. Vencedor de las tinieblas, era aclamado cada 25 de diciembre, día de su nacimiento y del solsticio de invierno ("la puerta de los dioses"), en el que también nace Cristo. El Cristianismo absorbe muchas ideas de la tradición mitraica.




-Un mito vinculado al proceso de iniciación a sus misterios relata que Mitra es un dios “nacido de la piedra” (petrogenos Mitra). Él nace al borde de las aguas de un río, que es la imagen del fluir incesante del “río de la vida”, lo que los hindúes denominan el samsara. La piedra de la que nace Mitra es, por el contrario, la imagen de lo inmutable y un símbolo por tanto del Eje del Mundo.


-La “piedra genésica”, generadora, es en realidad un mito universal, y en muchas culturas ésta ha simbolizado muchas veces al propio firmamento, al cielo. Como estamos viendo, en la cosmogonía de Mitra esto también es así, pero en el contexto de la realización de sus misterios, que tienen mucho de alquímicos, la piedra genésica está representando sobre todo la “materia prima” y virginal, en la que ha de convertirse el neófito para lograr su regeneración psíquica y espiritual. Mitra, al nacer, trae consigo la espada y una antorcha encendida, símbolos claramente axiales de la rectitud y la potencia iluminadora del Espíritu, características propias de un dios civilizador e iniciador en los secretos del cosmos y del hombre; dos símbolos -el del “eje vertical” y la “luz”-, en torno a los cuales se articulan los misterios de esta deidad luminosa, amiga de los hombres, al igual que Hermes, con el que guarda tantas similitudes.


-Son precisamente la luz y el fuego los atributos con los que se identificó la civilización romana desde sus orígenes. El altar con el fuego sagrado permanentemente encendido en el centro del hogar romano simbolizaba la energía espiritual del antepasado fundador del linaje familiar. Esta es la razón de que Mitra fuese un dios tan popular entre los romanos, y especialmente entre las legiones, donde se encontraba el mayor número de adeptos a sus misterios.

-Las virtudes del “dios puro de la luz” eran las de la propia Roma: el valor, la solidaridad, la fuerza interior, la lealtad, la fidelidad, la concordia… Por eso mismo, cuando esas virtudes comienzan a palidecer aparece Mitra con la aureola de un dios “salvador”, o “restaurador”, de la esencia de Roma, de tal manera que llegó a ser denominado el “protector y sostén del Imperio”, como antes fue protector de los soberanos partos.
A través de Mitra Roma introduce aquellos valores e ideas que se complementaban perfectamente con su visión del mundo. Si se elige a Mitra como protector del imperio es porque esta deidad ya forma parte de la esencia de Roma. No olvidemos que la civilización romana y la persa eran de origen indoeuropeo, y por tanto existía entre ambas una constelación de símbolos, mitos y ritos que eran similares, cuando no idénticos entre sí.

-Y esto debe leerse también recíprocamente, o sea que debido a esa afinidad cultural y espiritual, el culto de Mitra, tal cual era practicado por los persas, asimila a su vez las corrientes filosóficas y mistéricas del mundo grecorromano, especialmente la Cosmogonía hermética y el neoplatonismo, que incluye el pitagorismo, heredero también de los misterios órficos.

-Podríamos ver a los misterios de Mitra como el logro consciente de una síntesis llevada a cabo por los sabios persas, griegos y romanos. Una síntesis que era propia del “espíritu de la época”, y que también respondía a razones de tipo cíclico. La Tradición Hermética, nacida en Alejandría a comienzos de nuestra era, es fruto de una de esas síntesis: la egipcia y la griega, presente en los misterios mitraicos. Ellos fueron el resultado de un verdadero entendimiento entre Oriente y Occidente.


-Así es, en efecto. Quisiéramos acabar con estas palabras sobre Mitra que aparecen en Introducción a la Ciencia Sagrada. Programa Agartha, de Federico González y colaboradores. Nos parece que resumen lo que hemos dicho sobre la naturaleza de este dios luminoso. 

Dice así:
En un antiguo himno iranio se dice que Mitra está siempre despierto y vigilante, observando cuidadosamente todas las cosas. Acude a la llamada de los débiles, y su poder es empleado siempre a favor del género humano. Mitra es, en efecto, el amigo y protector de los hombres, el que les infunde las virtudes heroicas: el valor, la fuerza interior, la lealtad, la fraternidad, y como deidad intermediaria entre el mundo superior y el inferior, es también (al igual que Hermes) el guía que los conduce en su ascenso hacia el origen a través de las esferas planetarias”.

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lunes, 7 de agosto de 2017

El Oriente de los Mapuches. Sobre los ciclos y la geografía simbólica


Mª Ángeles Díaz: Hoy pensaba en eso que hablábamos ayer... 

Francisco Ariza: Sí, todo eso está relacionado con los ciclos. El ciclo más grande, el ciclo de ciclos, se llama Kalpa en la tradición hindú. El Kalpa es el ciclo de un mundo, y cuando ese ciclo finaliza se produce la disolución de todo ese mundo, hasta que en un momento dado aparece otro Kalpa, y así de manera indefinida. Es una manera simbólica de describir la perennidad del tiempo.

El Kalpa está constituido a su vez de 14 Manvantaras, y cada uno es el ciclo completo de una humanidad. El Kalpa se representa como un  círculo dividido en 14 divisiones que son los 14 Manvantaras de ese Kalpa.

Bueno, pues nosotros estamos en el séptimo Manvantaras. O sea que nuestra humanidad es la séptima desde el comienzo del Kalpa, lo que significa que antes que nosotros han habido otras seis humanidades, y cada una de ellas ha vivido en una tierra diferente a la actual.
Eso significa que hay otras siete humanidades como otras 7 posibilidades más hasta completar el Kalpa. Es una cosa increíble!

Mª A. Sí, como aquello que dice San Juan en el Apocalipsis: “Vi un cielo nuevo y una tierra nueva” o sea que  cada nuevo cielo tiene un color diferente. 

Fco. Guénon nos recuerda que en la tradición hindú se dice que el color azul de la atmósfera es producido por la reflexión de la luz sobre una de las caras del monte Meru, que es el Eje del Mundo. Si nuestro cielo es azul es por este motivo, porque nuestro mundo mira hacia la cara del Meru que refleja el color azul.

Pero claro, todo esto ¿qué quiere decir? En realidad esta es la luz de la Inteligencia manifestándose a través de los siete colores del arco iris, el blanco incluido, que es el color central, pues todos los demás provienen de él. Por eso mismo es muy probable que la luz del cielo del primer Manvantara fuese blanca

Tu imagínate una atmósfera donde la luz fuera blanca, o sea un cielo blanco ¿Cómo sería esa humanidad? Un cielo rojo, en fin un cielo verde… Claro todo eso se corresponde con un tipo de humanidad también.

Mª A. Y la idea que tienen los mapuches acerca de que ellos proceden del Azul como un lugar ¿cómo crees que está relacionado con todo esto?

Fco. Sí, yo creo que está relacionado, porque el azul también es un lugar. Ahora que decimos esto… Precisamente en algunas tradiciones se menciona una “ciudad azul”, o sea la “Ciudad Celeste”, En la tradición hebrea se habla de una ciudad misteriosa llamada Luz, y la describen de color azul. Se trata del centro del mundo. El paraíso es eso: el centro del mundo, y el paraíso como sabes esta en Oriente.  Los lugares en la Geografía Sagrada son estados, estados de la conciencia, estados espirituales… entonces hay toda una mitología que explica el origen celeste de ese pueblo, de esa tradición… Los mapuches proceden del país del Azul. Pregúntales a ellos que es el azul. Como describen ellos ese país.


Zafiro


Mª A. Dicen que está en Oriente y que es allí dónde está ese color, que en efecto es un lugar.

Fco. Claro, el Oriente es el Paraíso, y también donde nace el sol. El Oriente de los Mapuches, bueno pues es el Oriente… para ellos el Oriente es por donde sale el sol, para nosotros el Oriente es por donde sale el sol, para todos los pueblos el oriente es por donde sale el sol. Entonces claro el origen de todos los pueblos es ese…, y ellos tienen sus mitos y sus imágenes y símbolos. Pues las imágenes fundamentales son las mismas en todos los pueblos, los símbolos fundamentales, son los mismos en esencia, están describiendo una misma realidad, la de la Cosmogonía Perenne.
Ahora bien, el lenguaje utilizado, las formas de expresión, son distintas. El alma de los pueblos, por utilizar una expresión de ciertos filósofos de la historia…  De ahí derivó todo un nacionalismo… Pero en otro contexto se sabe lo que quiere decir el alma de los pueblos, ¿no?
Mª A. Claro, su idiosincrasia. Su particularidad, pero que está integrada… Es como aquella rosa de Bohemia donde son todos los pétalos los que conforman la rosa… sino no hay rosa.

Fco. Todo esto forma parte de la Historia y la Geografía simbólicas, que tienen que ver  con el conocimiento del alma del mundo y por tanto del alma humana. Conocer la Historia y la Geografía es conocer la cosmogonía, es lo mismo.

Mª A. Efectivamente…

Fco. Todos los estudios que uno hace van siendo incorporados de alguna manera; eso queda grabado, claro no grabado como si fuera un disco que siempre repite las mismas cosas; eso está en movimiento, en la memoria de uno… y en su imaginario… Es que el propio Cosmos es una imagen del Ser Universal, una imagen móvil, viva, orgánica, descrita de mil maneras, entre ellas las formas animales… Describir el Cosmos como una tortuga, como hacían los antiguos chinos. ¿no?, 

Mª A. O como los Mayas que tenían entre sus deidades más importantes a un cocodrilo, el dios Itzamná

Fco. O los propios mapuches que hablan de dos serpientes míticas en su relato sobre la creación del mundo.


Diferentes modelos tradicionales de la simbólica de la cosmogonía Mapuche

             
Este video, 'El Oriente de los Mapuche", surgió de manera totalmente espontánea. Un diálogo sobre la luz, que se hizo manifiesta, como un gesto sereno y gratuito, como la "presencia" de lo intangible. Y que queremos compartir.